miércoles, 2 de noviembre de 2011

Ajo

Si a alguien le gusta cocinar sin ajo y sin pimienta, que siga de largo. Es más, que deje de cocinar. No se puede cocinar sin ajo y sin pimienta.
Yo detesto pelar ajos (pero el ajo seco queda espantoso, salvo en alguna sopa), así que estoy siempre atento a cualquier invento que me salve del tedio. En algunos casos, se puede usar puré de ajo, pero en otros, no.
Vimos en Estambul un picador de ajos que parecía salido de un sueño: no de aluminio, sino de acero inoxidable, muy design, con la parte del colador que se quitaba (para mejor limpiar el adminículo de esas pieles desagradables que siempre dificultan el proceso).
Nos trajimos dos, uno para regalarle a mi mamá y otro para nosotros, y con las prisas nos olvidamos de guardarlos en las valijas que íbamos a despachar así que nos fastidiaron en todos los aeropuertos.
Cuando lo quise usar, casi me mato. Resultó que el artefacto no funciona. Por alguna razón que no termino de entender, el martillito no alcanza a pisar el diente de ajo. De modo que tuve que volver al horrible adminículo de siempre. Con fotitos lindas, no me van a engañar.

2 comentarios:

Mª Ángeles Díaz dijo...

Estoy de acuerdo. Especialmente en lo del ajo. No se puede cocinar sin él. Pero no veo que sea tan difícil pelarlo. Se pone el cuchillo con la hoja plana sobre él y se da un golpe con el puño cerrado y casi sale pelado. ¿Pero es que no lo has visto hacer a Carlos Arguiñano?

Un saludo cordial desde Barcelona.

Anónimo dijo...

servira para el porro tambien?